Etereo
Muerdo la manzana al recorrer tu cuerpo,
con la extensión de una vela agonizamos en deseo,
secretos escondidos en los poros llenan la carne con su espiritu,
aspira y suspira,
dulce y lentamente,
muérete un poco mientras se nos va entre los dedos el viento,
mientras muero en tu vientre,
que no muerdo ni beso,
en tus muslos vivos,
en tu carne sin fin de infinita oscuridad e incesante estremecer,
porque tu boca es sangre,
es calor y sombra dentro de sí,
porque desnuda eres tan simple,
como lo profano del cielo,
desnuda eres azul y buscas adentrarte
en el largo subterraneo del contraste,
y cuando los gusanos hagan una cena fría de mi cuerpo,
encontrarán un sabor a ti,
como el sabor que tienen ciertas cosas prohibidas y secretas
que están entre la sombra y el alma,
sólo por vivir oscura en mi cuerpo,
apretando el aroma de tu piel contra la mía,
porque te tengo y no, porque te pienso y no,
porque la noche avanza,
porque has venido a recoger tu imágen,
porque existes en el aire nocturno,
porque existes donde te quiero,
en la negra niebla de tu recuerdo.
Publicado por Walter Ramirez.
sábado, marzo 11, 2006 a las |
12:37 p. m. |